miércoles, 21 de julio de 2010

Dificultades.




¿Lo sabes? Todo es difícil. Difícil es el amor.
Más difícil es su ausencia. Más difícil es su presencia o
su estancia.
Todo es difícil...

El silencio. La majestad. El coraje;
el supremo valor de la vida continua.
Este saber que cada minuto sigue a cada minuto,
y así hasta lo eterno.

Todo es difícil. El amor. La sonrisa. Los besos de los
inocentes que se enlazan y funden.
Los cuerpos, los ascendimientos del amor, los castigos.
Las flores sobre su pelo.

miércoles, 7 de julio de 2010


Y así, día tras día, ella seguía, con la misma ternura que la primera vez, regando aquellas flores que lo habían creado todo. La perseverancia, la constancia que la caracterizaban eran fruto de un recuerdo. Pero no se trataba de un simple recuerdo, iba más allá. Era la imagen del hombre que un día se presentó con un ramo de flores y que con una sonrisa rompió todos los moldes. Aunque aquel dulce gesto, las continuas miradas que se perdían en la nada, y las caricias que recorrían cada tramo de su piel se esfumaron sin previo aviso. Él huyó, se escabulló sin que un te quiero se deslizara por su boca. Ella no se rindió, se abnegaba a ello. Por eso, al cuidar de aquellas flores, ella creía que consolidaba el lazo que entre ellos había. A pesar de que se equivocaba, pues él nunca volvió, y llegó una mañana en la que las flores se marchitaron, no había nadie que se encargara de ellas; ella se había ido permanentemente. Se fue sin haber oído aquel te quiero, tantas veces soñado y recreado en su interior.